El lunes, 23 de enero de 2023, dedicamos nuestra quinta sesión de lectura a la novel a Retahílas ( 1974), de Carmen Martín Gaite (1925 2000). Integrante de la llamada Generación del 50 o del Medio Siglo fue autora de novelas tan celebradas como Entre visillos (1958), Ritmo lento (1963), El cuarto de atrás (1978) o Nubosidad variable (1992).
En Retahílas la autora reivindica, por encima de todo, la importancia de la palabra y del interlocutor: Sin esfuerzo de figurarte la cara de otro que te escucha, las palabras no nacen, nada las espabila, ni las dibuja (…) Hablar es lo único que vale la pena (pág. 99). Y así surge uno de los aspectos más relevantes de la novela, esas extensas retahílas, a modo de monólogos entre Eugenia y su sobrino Germán, que van encadenándose dando y tomando el hilo: Que no se te vaya el interlocutor (…) porque ni por las mientes se me estarían pasando semejantes retahílas con el orden que llevan si no estuvieras tú que me las vas guiando, para que no escapara ningún cabo de hilo fundamental para sus vidas. Y, poco a poco, van surgiendo las reflexiones sobre la infancia, la juventud, el efecto de las ausencias, la amistad y el amor, los miedos, el misterio (el jinete sobre el caballo con el que se abre y cierra la novela), los efectos del paso del tiempo, la muerte y, sobre todo, la soledad.
En una sola noche de agosto, en el pazo familiar casi en ruinas de Louredo, acompañando a la abuela y bisabuela mientras agoniza, tía y sobrino consiguen enhebrar esas retahílas en las que las evocaciones del pasado les ayudan a interpretar el presente y a conocerse a sí mismos, como afirma Germán: Además es un fuego que lo propagas, te lo he dicho antes y es la pura verdad, porque yo en mi vida he hablado como esta noche ni he sido capaz de contar así las cosas, necesitaba tu hoguera para encender la mía (P. 222)
Carmen Martín Gaite, consciente de la necesidad de superar las corrientes literarias sociales y experimentales, apuesta en Retahílas por unos nuevos modos de narrar que transmiten reflexiones, emociones y, al mismo tiempo, valores estéticos que motiven al lector a acercarse a su novela. La crítica y los lectores siempre han reconocido la importancia de esta novela.
Foto de grupo del Taller de Lectura