
Han descubierto el garum, la salsa de pescado que los romanos usaban comúnmente en su dieta y cuyo sabor seguramente nos extrañaría. Se han indosado la túnica y, como auténticos chefs, han puesto en práctica sus habilidades culinarias, al crear platos inspirados en la antigüedad clásica, aunque sea solo por el nombre.
La actividad ha servido para apreciar la importancia del banquete como un aspecto central en la vida social y cultural de la antigua Roma, que llega hasta nuestros días formando parte de nuestra idiosincrasia.